martes, 13 de enero de 2009

ABDUL HAMID II

Bautizado el “Sultán Rojo” por sus sanguinarias persecuciones. Su gobierno marcó el principio del fin del Imperio Otomano. En 1876 asume el hermano de Hamid, el sultán Murat V. La debilidad de carácter de éste facilito la toma de poder por parte del Sultán Rojo. Instauró un régimen totalitario y déspota: una de sus primeras medidas fue la revocación de la constitución cuya creación fue propuesta por su hermano y la cual nunca pudo ser puesta en práctica.
La guerra turco rusa de 1877-1878 fue el marco propicio (siempre el marco bélico es una buena excusa) para arremeter contra disidentes políticos, armenios y griegos – cabe destacar que tanto en este período como en los sobrevivientes, el pueblo griego también sufrió una gran perdida humana -. Permitió la inmigración de kurdos y tártaros a los cuales protegía por leyes que otorgaban el derecho al pillaje hacia los cristianos, así como la posibilidad de probar el filo del sable sobre el cuello de éstos. Propulso la formación de escuadrillas de ataque llamadas “Hamidiyé” que se ocupaban de saquear los hogares armenios y llegar, incluso, a darles muerte si oponían resistencia. Acuso a los armenios de traición por permitir, según su teoría, el avance de los rusos.
El 3 de marzo de 1878 rusos y turcos firman el Tratado de San Stefano donde se propone a los rusos que abandonen territorios ocupados a condición de implementar los turcos medidas de protección a la población armenia. El 13 de julio se firma pero modificando el Art. 16 por el Art. 61 de texto ambiguo y sin especificaciones de las referidas mejoras.
Para esa época los armenios estaban inyectados de ideas progresistas. La libertad y la revolución determinaron el despertar nacional. Esto contribuyó a la formación de los primeros partidos políticos. Comenzaron las rebeliones y la resistencia a los ataques de los kurdos, enviados por el Sultán.
Transcurriendo el año 1895 ordenó masacrar a todos los armenios así como a los misioneros religiosos de cualquier índole. En 1896 se suceden mayores resistencias y protestas en reclamo a las medidas prometidas y nunca implementadas. Una de las revueltas más importantes tuvo lugar con la toma del Banco Otomano. La respuesta del Sultán fueron mas mascares en zonas aledañas a Estambul.
El resultado del accionar desprolijo y desesperado del Sultán en caída dejo un saldo de 300.000 victimas. Fueron la conocidas “Masacres Hamídicas”.

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